Ok, es cierto. Abandoné un poco el hábito de mantener activo este espacio tan querido, pero tuve la necesidad de volver a sentir el tecleo frente a la pantalla.
Vamos por partes. La pausa en este rincón está relacionada con que comencé a ponerme en acción. Todo eso que critiqué y critico, eso que veía y veo mal en varias actividades deportivas traté de empezar a modificarlas metiendo las manos en la masa. Con lo cual el día no alcanza para todo lo que uno quiere señores!
En resumen, en este tiempo traté de rodearme de gente que me ayude a fomentar que corredores de calle se sumen a las pistas, a tratar que los que nunca corrieron comiencen a hacerlo pero concientemente y por último, tratamos de hacer una carrera que ya va por la 4° edición pensando en el corredor, ni mas ni menos que eso. (*)
Con esa breve introducción me aboco al porqué de estas líneas.
Desde hace tiempo siento que no tengo motivación ni ningún objetivo que logre plantearse como un verdadero desafío, como algo realmente interesante de lograr. Sin embargo, logré mentalizarme para hacer los 21 k de Mar del Plata bastante aceptablemente, incluso mejor de lo esperado para esta altura del partido. Ya antes de largar le había puesto el ojo a San Silvestre, pero solo con el objetivo de tener otro motivo para entrenar, pero sin la sangre caliente.
De hecho estoy entrenando bien, y en muy buenas manos, pero no siento el fuego que te empuja a buscar mas.
Entonces la pregunta que se impuso fue ¿para qué correr?
(*) Agregado de la redacción en 2020: Ya vamos por la 8va edición, y ya no solo busco fomentar corredores, sino que estoy de cabeza en una Dirección de Deportes donde trato de apoyar y ver crecer tenistas, boxeadores, atletas, jugadores de basquet, handball, futsal, hockey, chicas de fútbol de 11 y hasta los más chicos que se animan a los saltos ornamentales.
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