¿Por qué sos árbitra?
Que pregunta difícil. Soy árbitra porque el arbitraje me hizo crecer y ser mejor persona. Me hizo dar cuenta que en la vida no hay grises, es blanco o es negro. Me ayudo mucho a nivel personal, a ordenarme en la vida, a tener constancia y ser perseverante.
Para mi ser árbitra es sinónimo de eso, constancia, trabajo y disciplina.
¿Cuándo empezaste?
Cuando empecé tenía 18 años. Hice el curso porque era una salida laboral rápida y me ayudaba a solventar parte de mis estudios en el profesorado. Luego de hacer el curso, iba a jugar y en los partidos sentía que tenía mucha más ganas de estar pitando que de meter un gol. Empezaba a ver las situaciones como árbitra y no como jugadora. Ahí es cuando me dije, “deja de jugar”.
¿Te imaginás siendo árbitra en otro deporte?
La verdad que nunca me lo planteé, pero creo que no. No imagino mi vida sin Handball. Sin estar un fin de semana viendo un partido o estar arbitrando. Me pasa también que no me gusta ver otros deportes, así que creo que no hay probabilidades de ser árbitro en otro ambiente.
¿Cuál es tu mejor recuerdo con el arbitraje?
El mejor recuerdo que tengo es en Colombia - Palmira, Octubre del 2018. Ese día me recibí de árbitra IHF. Sentir que lo que había soñado toda mi vida se estaba haciendo realidad. Creo que es la mejor sensación del mundo sentir que diste todo, dejaste todo y pudiste cumplir tu sueño.
¿Si alguien quiere iniciarse en el arbitraje cómo debe hacer?
No se va a arrepentir! Que intente. Al principio cuesta, pero después te vas enamorando partido a partido del arbitraje. Es una profesión muy difícil y estresante, en la cual a veces o casi siempre tenemos que dejar un montón de cosas de lado: familia, pareja, amigos. Esto es un camino de ida, que tiene días muy tristes y días muy buenos. Tenemos que ser muy autocríticos y aprender a convivir con el error, porque las decisiones que tenemos que tomar no son fáciles. Tenemos que salir rápido de esa situación y poner el foco en lo que sigue. Mi consejo siempre es que, el día que esto no nos haga feliz, simplemente lo dejemos. Porque si no lo sentimos, no tiene sentido. Así que si alguien esta dispuesto a ser feliz, que sea árbitro jeje.
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