El sábado pasado se jugó el segundo partido de la semifinal de la Liga Nacional de Basquet. Lanús recibió al poderoso Peñarol de Mar del Plata. El estadio estaba colmado casi en su totalidad, gracias a Dios sin la presencia de la barra de Lanús (¿será porque no era un partido televisado?) lo que garantizó el acceso a la cabecera Sur del estadio. La serie venía 1-0 para los visitantes y la expectativa por estirar la serie era grande. El partido comenzó con una racha positiva del Granate que lo alejó 12 puntos del Milrayitas, pero en base al juego colectivo, la solidez defensiva y en especial a la experiencia de la mayoría de su plantel logró no solo limar la diferencia, sino que escaparse con pequeñas ventajas durante el resto del juego. Santander despotricaba contra su defensa, donde los foules se acumulaban rapidamente en cada cuarto, y prendia velas para que Robert Battle frote la lámpara en base a potencia. Del otro lado la defensa del americano estaba en manos de un Leiva desconocido, que jugó pocos minutos al verse superado casi siempre y logrando poco en ataque. Su reemplazo durante gran parte del partido fue Tischer que no sólo contuvo al pivote local, sino que regaló la volcada de la noche. Cerca del final, en el último cuarto, los locales estaban en ventaja por tres puntos, hasta que apareció el "asesino" más buscado. Leo Gutierrez tuvo tres cuartos aceptables, pero en el último, cuando las papas quemaban, logró detonar tres bombazos a distancia que llevaron a Peñarol arriba en el tanteador. Tanta energía generó el momento que, tras un balón perdido en ataque por él mismo, quiso evitar el descuento local con un sútil roce. Fue doble, falta y explosión en las tribunas. El bombardero de la Generación Dorada no logró domar su ímpetu y luego de las protestas, fue sancionado con falta técnica. El final estaba cerca, el Asesino dejó su marca quemando las redes del aro local pero también haciendo de las suyas en defensa. No hubo manera de encaminar la cosa nuevamente para Sergio Hernandez, ni siquiera recurriendo a todos sus tiradores de triples en los últimos instantes. Fue fiesta granate. Es serie empatada. Será una definición inolvidable.
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