Siempre en Abril el clima está genial para entrenar, pero en la Costa Atlántica es una época difícil, cambiante y todo un desafío para intentar al menos una hora de entrenamiento sin pasar frío. Desde Calle 79 de Mar del Tuyú hasta la Avenida 3 de Costa del Este hay cerca de 3 km. Ir y volver en la arena, a veces suelta, a veces húmeda, más el ventolín que venía del Norte y la compañía de Naty fueron una gran experiencia. El tendón de Aquiles respondió bien, el gemelo se contracturó bastante, pero no lo suficiente como para dejar que los cuatriciclos nos lleven puestos. Así que el balance fue bueno. Quizás me quedó pendiente nadar un poco más. No pude con mi genio y me metí casi todos los días a ver que pasaba. Di unas cuantas brazadas en cada vez, pero ni logré el estreno de mis flamantes antiparras, porque me acobardó un poco ver cuatro cosas:
a) una pelota que cayó al agua y a los 2 minutos no se podía divisar por la acción maligna del viento oeste que llevó el esférico hasta vaya a saber donde.
b) la cantidad de tramallos, espineles, cañas de pescar y salames con motos de agua que había dando vueltas cerquita de la orilla.
c) contabilizar al menos un centenar de aguavivas de distintos tamaños, y
d) ver al único guardavidas que andaba por la zona meterse al agua con neoprene y gorrita de latex y al salir ponerse un toallón ENCIMA DEL TRAJE...
Claro que además del lugar, el solcito y la arena el condimento fundamental era la fuente de hidratos principal del lugar: los churros rellenos de dulce de leche de Churrikos.
Te paso un planito de mi lugar de entrenamiento... ¿vos donde entrenaste en Semana Santa?
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