9 de abril de 2010

La importancia de un nombre

¿A quién se le ocurre gastar tiempo y neuronas en buscar un nombre propio para un objeto? solamente a alguien loco o que se ha vuelto loco por ese objeto. Los triatletas pasamos mucho tiempo de nuestros dias y entrenamientos junto a la bici, al casco, las antiparras, las zapatillas, las calzas o el cronometro, y en los casos mas afortunados, con el entrenador, el traje de neoprene, el cardiotacómetro, los lentes, la visera, el sponsor, etc... pero ninguna relación con estos objetos es tan particular como la que nos toca disfrutar con nuestra amiga de dos ruedas. ¿que lo hace tan particular? el tiempo con ella, el silencio que nos acompaña, el viento que hace todo mas inolvidable y sobre todo la interrelacion que tenemos con ella: los dos tenemos que estar bien para que podamos disfrutar del viaje. Ella no puede volar sin que nuestras piernas esten ligeras y nosotros no podemos disfrutar de la velocidad si algo pasa con ella. Ademas, es Ella y en general uno termina enamorandose o metiendose mucho con Ella. Incluso puede perdonarle los dolores que uno pueda haber sufrido por algun percance, algun error o defecto suyo. Con lo cual fue inevitable... Sarah Connor y Beatrix Kiddo fueron los nombres en pugna... y ambos quedaron grabados a diestra y siniestra sobre ella... ya no se llamó mas GT ZR 4.0... ahora será la que sobrevive a cualquier golpe, la que sigue rodando aún muy mal herida, la que sangrando sigue dando pelea, la que el resto del mundo mira agonizar pero sigue adelante... no me importa si no sos tan joven, si no sos tan linda, si tenes cicatrices por donde se te mire, incluso no me importa si tuviste otros que se animaron a cabalgar sobre vos y ni siquiera si tenes cirugias que te hacen mas apetecible... así te quise, asi serás y así te voy a seguir disfrutando... juntos a la par !