20 de enero de 2012

Calor y entrenamiento

Cada llegada, a casa o al trabajo, es con la misma bienvenida "¿Con este calor seguís entrenando?" y la respuesta es única "Claro que si. ¿porque no lo haría?". La térmica sube. Las pantallas de TV se vuelven monotemáticas. Pero uno internamente sabe que el corazón, la cabeza y la experiencia pueden más que cualquier termómetro. Después de batallar durante todo el año con el fresquete, los vientos y hasta con las lluvias ¿no es más lindo "disfrutar" del solcito?. Claro que los extremos son malos. Y una alerta naranja puede asustar al más guapo, pero ante eso será cuestión de bajar apenas el ritmo, hidratarse bien, comer lo necesario y salir a la pista. ¿O acaso los triatletas amateurs y de elite que fuimos a La Paz varias veces no conocemos aquellas jornadas veraniegas donde la térmica subió hasta los 52°? ¿O nos olvidamos de la muchedumbre que corrió aquella Media Maratón de Bs As con 30° y poca hidratación por parte de los organizadores? El calor es una situación más. Hay que aprender a manejarla como una variante más. Como el viento, el oleaje, la inclinación de un circuito o la cantidad de gente que comparte la carrera con nosotros. Y, en el mejor de los casos, tomar esas variantes a favor, logrando adaptarse y entrenar para estar listo ante estas situaciones también. ¿o creemos que alguna competencia se va a suspender porque hace mucho calor, mucho frío o porque hay muchos participantes? El éxito deportivo es para todos aquellos que pueden adaptarse de la mejor manera a las situaciones que se presentan el dia de la prueba, pero también para los que dia a dia conviven con ellas y logran "sobrevivir" dignamente y sacarle provecho de cada entrenamiento. El ganador es uno sólo, el más apto, el más entrenado o el que más capacidades desarrolladas tenga. Pero todos los que logran adaptarse, poniendo el pecho y dando todo de si mismos también terminan ganando algo. La confianza en si mismos, la confianza de saber que "Si, se puede" (aunque haga un poco de calor).